El retrato II (Enfoque y Profundidad de campo)

Embozada

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© McCurry

Cuando vamos a hacer un retrato los dos ajustes más importantes a realizar en nuestra cámara son el enfoque y la profundidad de campo. De estas dos cuestiones voy a tratar en esta segunda entrada del tema El Retrato.
Cuando estás cerca de una persona, cuando estamos cara a cara, ¿que es lo que miras de ella? Exacto: los ojos. Sin ojos no hay rostro. Por eso es tan difícil mantener la mirada conectada con personas que llevan gafas oscuras, o que por diversos problemas, su mirada esta oculta o perdida.
En fotografia ocurre exactamente igual. En fotografía no existen muchas reglas y, en cualquier caso, a veces están hechas para saltárselas, pero con el retrato en particular, si quieres conseguir un retrato bueno, por favor, sigue esta regla: enfoca siempre a los ojos.
Todo el mundo recuerda uno de los retratos mas impresionantes de la historia de la fotografía, es el que hizo Steve McCurry de la niña afgana para National Geographic en el 84. De esta fotografía hablare mas en extenso en otra entrada.

Recuerda que una cara, puede no tener nariz, puede no tener boca, pero si no tiene ojos no hay expresión. Como ejemplo recuerda los miles de escenas de películas, en las que el bueno cae prisionero del malo y este le ata y le amordaza. Pero su rostro no pierde expresión, sus ojos nos hablan de su miedo, de su angustia o de lo que están pensando para escapar. Enfoca a los ojos.
Elige el modo de enfoque de tu cámara mas adecuado, para conseguir que los ojos sean, el, o uno de los, puntos de enfoque que haga el sistema. Si tu cámara es de enfoque manual, no hay duda; mira los ojos del sujeto y enfócalos. Si el retrato lo hacemos con un móvil, (p.ej.iPhone), toca en la pantalla sobre los ojos del modelo. La cámara ajustará los parámetros de luz y enfoque en esa zona. Después dispara. Todo esto es especialmente importante cuando el retrato es de grupo; todos los ojos deben estar enfocados. También lo es cuando se trata de retratar animales, como por ejemplo perros o caballos, cuyos hocicos están muy por delante de sus ojos.
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Esto se consigue controlando la profundidad de campo. La profundidad de campo es uno de los factores determinantes para que un retrato sea bueno. Cuando hacemos un retrato a alguien, lo primero que debemos pensar es:
1.-Si queremos que se vea el paisaje tan bonito del fondo,
2.-Si sólo queremos que se vea que estábamos en el mar, o en la montaña, o donde sea, pero sin apreciar detalles, o
3.-Si lo que queremos es centrar toda la atención en el sujeto y no queremos que se vea ningún fondo.
Bien, pues para lograr estos efectos, está el control de la profundidad de campo.
En el primer caso deberemos lograr mucha profundidad de campo. Para ello, debemos elegir una focal no muy larga (p.e 50mm), un diafragma cerrado (p.e f11 a f16) y , situarnos no muy encima del sujeto, si no algo alejados (p.e. mas de 2 mts)
En el tercer caso tenemos que reducir la profundidad de campo al mínimo. Elegiremos una focal mas bien larga (p.e 80mm a 150mm), un diafragma muy abierto (p.e. f6,3 a f2,8) y elegiremos una distancia corta al sujeto.
En el segundo caso promediaremos los valores anteriores, para conseguir el efecto que deseamos, mas o menos acentuado.
En ocasiones podremos usar el control sobre la profundidad de campo en retratos de grupo , para conseguir fijar la atención sobre una de las personas en detrimento del resto, con lo que el retrato gana en expresividad, al lograr destacar al sujeto en el contexto de un grupo de personas.
Un último consejo sobre todo lo anterior es, como siempre, practicar mucho. Ah, y ser autocrítico con el retrato e indulgente con el modelo
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